El Mundo de la Ciencia
  CULTIVO DE ARROZ
 

CULTIVO DE ARROZ

 

 

El arroz es la semilla de la planta Oryza sativa. Se trata de un cereal considerado como alimento básico en muchas culturas culinarias (en especial la cocina asiática), así como en algunas partes de América Latina.[1] El arroz es el segundo cereal más producido en el mundo, tras el maíz.[2] Debido a que el maíz es producido con otros muchos propósitos que el del consumo humano, se puede decir que el arroz es el cereal más importante en la alimentación humana, y que contribuye de forma muy efectiva al aporte calórico de la dieta humana actual. El arroz es responsable del aporte calórico de una quinta parte de las calorías consumidas en el mundo por los seres humanos.[3] Desde el año 2008 se ha realizado un racionamiento en algunos países debido a la carestía de arroz.[4] En países como Bangladesh y Camboya puede llegar a ser casi las tres cuartas partes de la alimentación de la población.[5]

Se dedican muchas hectáreas al cultivo del arroz en el mundo. Se sabe que el 95% del cultivo de este cereal se extiende entre los paralelos 53º de latitud Norte y los 35º de latitud Sur.[1] El origen del cultivo es objeto de controversia entre los investigadores, se discute su origen entre China e India.




 EXIGENCIAS DEL CULTIVO

El arroz necesita para germinar un mínimo de 10 a 13 ºC, considerándose su óptimo como 30 y 35 ºC. Por encima de los 40 º C no se produce la germinación.

El crecimiento del tallo, hojas y raíces tiene un mínimo de 7º C, considerándose su óptimo en los 23 ºC. Con temperaturas superiores a ésta, las plantas crecen más rápidamente, pero los tejidos se hacen demasiado blandos, siendo más susceptibles a los ataques de enfermedades.

 La panícula, usualmente llamada espiga por el agricultor, comienza a formarse unos treinta días antes del espigado, y siete días después de comenzar su formación alcanza ya unos 2 mm.

A partir de 15 días antes del espigado se desarrolla la espiga rápidamente, y es éste el período más sensible a las condiciones ambientales adversas.

La floración tiene lugar el mismo día del espigado, o al día siguiente durante las últimas horas de la mañana.

Las flores abren sus glumillas durante una o dos horas si el tiempo es soleado y las temperaturas altas. Un tiempo lluvioso y con temperaturas bajas perjudica la polinización.

El mínimo de temperatura para florecer se considera de 15 ºC. El óptimo de 30 ºC. Por encima de los 50 ºC no se produce la floración.

 

ABONADO

Las necesidades medias de nutrientes/tm de producción de arroz son de 21 kg de nitrógeno, 11 kg de P2O5 y 18 kg de K2O. De estos datos podemos deducir que un abonado, pensando en una producción de 7.000 kg, puede ser del orden de:

150 Ud de N

100 Ud de P2O5

100 Ud de K2O

 PREPARACIÓN DEL TERRENO

El terreno debe nivelarse muy bien, con pendientes que no deben sobrepasar el uno por mil, e incluso es preferible nivelar a cero, lo que permite hacer tablas hasta de 15 ha.

Al final del invierno se realiza la labor de alzar con el arado de vertedera o con cultivador de ganchos. Con el fin de dejar el terreno lo suficientemente disgregado puede ser necesario dar dos pases dobles cruzados de escarificador. Según algunos agricultores, no conviene dar la labor de fangueo, porque en la siembra directa parece que se dificulta la nascencia, aunque se va imponiendo, como más práctico, en la mayoría de los casos, dar un ligero pase de fangueo. Este pase se da con tractor provisto de ruedas de jaula, sin dar solape entre las pasadas, como se hacía anteriormente.

SIEMBRA
Puede realizarse la siembra a voleo, a mano, con máquina o por avión. La siembra debe hacerse cuando el agua se encuentra clara y se hayan depositado los lodos en el fondo.
La cantidad de semilla empleada debe dar lugar a un cierto número de tallos/m2, después del ahijamiento, que sea el óptimo productivo para cada variedad, y que produzcan espigas que maduren lo más uniformemente posible. Para las variedades de panícula corta a densa y tallo más bien grueso el número de tallos/m2 más conveniente puede cifrarse en 250-300 mientras que en variedades de panícula larga y abierta, de tallo fino, este número debe estar comprendido entre 300-350 tallos/ m2.
El mayor número de tallos principales produce una mayor sensibilidad al encamado, pero asegura una maduración más homogénea de las espigas. Las variedades de mucho ahijamiento, como la Bahía, dan lugar a granos de maduración escalonada.
En todo caso siempre es aconsejable aumentar algo la dosis de semilla, especialmente en siembras tempranas y con variedades de gran ahijamiento.
La dosis media de siembra sería de 140-180 kg de semilla por ha.
La siembra debe hacerse con el terreno inundado con unos 5 cm de altura. Inmediatamente después de la siembra, sin nacer el arroz, se suele aumentar el nivel de de agua a 10 ó 15 cm, lo que perjudica el desarrollo del Panicum. Esta subida del nivel le va mal al arroz, porque al nacer se ahíla, pudiendo incluso perderse parcelas enteras.
En la siembra del arroz, éste no se tapa nada. Las máquinas llevan tubos que pueden ir por encima del nivel del agua. Cuando la siembra se hace con avión, éste no debe volar muy alto, pues en dicho caso penetra demasiado la semilla y no nace. El avión debe sembrar cuando no hay viento.



RECOLECCIÓN

Tiene mucha importancia en el precio del arroz el porcentaje de granos enteros sobre el total de lo cosechado, siendo éste un valor importante a la hora de elegir una variedad, pero también es determinante en el momento de la recolección, y lo es porque si se siega el arroz muy verde hay que manipularlo mucho en el secadero, con el resultado de una disminución en dicho porcentaje.Después de la recolección normalmente se quema el rastrojo y se realiza la labor de “tangueo”, que consiste en mover el barro con unas ruedas especiales.La recolección se hace con cosechadora provista de orugas.Cuando el arroz comienza a granar se suspende el riego. La madurez del arroz se prueba por la dureza del grano al diente, que debe ofrecer resistencia suficiente que impida cortarlo.El arroz puede presentar después del trillado una humedad del 25 al 30%, por lo que debe secarse hasta alcanzar un grado de humedad inferior al 14%. El secado puede efectuarse al sol o mediante secaderos térmicos.

 

 

 
   
 
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